Add parallel Print Page Options

Pero ahora nuestras gargantas están secas, pues sólo disponemos de este maná.

El maná era como semilla de cilantro, y su color como color de bedelio. El pueblo se diseminaba para recogerlo y lo molía en molinos o lo machacaba en morteros; luego lo cocía en caldera y hacía tortas con él. Su sabor era como el de una torta de aceite.

Read full chapter